Cada vez más gente decide viajar a Nápoles, y no es de extrañar, pues la región de Campania es una de las zonas más bonitas y con más historia de Italia. Hay mucho que ver aquí, y mucho que comer, pues es la cuna de la pizza.
Caótica, ruidosa, salvaje… Nápoles es una ciudad controvertida que, o se ama, o se detesta. Lo mejor para disfrutarla es simplemente dejarse llevar, armarse de paciencia en los momentos de caos, y dejarse seducir por el encanto de la decadencia.
Viajar a Nápoles
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A la hora de planificar la duración de viaje, hay que tener en cuenta que a la ciudad se pueden dedicar dos o tres días. A estos conviene añadir días extra para hacer algunas excursiones a puntos de interés cercanos, como los yacimientos de Pompeya y Herculano, el Vesubio, o alguna de las islas, como Capri o Ischia.
El centro se recorre fácilmente a pie, aunque también se puede tomar el transporte público para visitar zonas más alejadas. Coger el funicular es un clásico, y respecto al metro, la línea del Arte es todo un museo bajo tierra. Lo que no se debe hacer bajo ningún concepto al viajar a Nápoles es alquilar un coche, pues el tráfico es una auténtica locura.
Consejos para viajar Nápoles
Nápoles es una de las ciudades en alza a la hora de viajar a Italia. Al ser un destino urbano se puede visitar prácticamente en cualquier época del año, aunque si se hace de abril a junio o en septiembre y octubre, se puede aprovechar para visitar la cercana Costa Amalfitana sin que haya tanta aglomeración de turistas.
El clima es mediterráneo, con veranos cálidos e inviernos suaves, gracias, en parte, a su ubicación junto al Mediterráneo y el Tirreno. Los enchufes son tipo F, como en España, y tipo L de tres clavijas. Aunque por norma general los alojamientos suelen tener enchufes compatibles, o incluso facilitar adaptadores, es recomendable llevar siempre un adaptador en la maleta.
Respecto al dinero, no hay que preocuparse del cambiar divisa, ya que la moneda italiana es el Euro. Comer es bastante económico, por ejemplo, la mítica pizza margarita tiene un precio estándar de 5€ en la mayoría de pizzerías.
A pesar de su fama, es una ciudad segura, aunque como en casi todos sitios hay carteristas. Solo hay que usar el sentido común. Y procurar evitar algunas zonas por la noche, como los alrededores de la estación central o adentrarse mucho en Quarteri Spagnoli.
¿Dónde alojarse al viajar a Nápoles?
Al viajar a Nápoles, Centro Storico es una de las mejores zonas para alojarse, por comodidad y por variedad. Hay estupendos hoteles, como Santa Chiara Boutique Hotel, de 4 estrellas, aunque lo que más abunda son los B&B, por ejemplo, Duomo 152 Napoli, con una ubicación estupenda. También el barrio de Chiaia, mucho más tranquilo, cuenta con bastantes alojamientos, como Poerio 25 Boutique Stay.
Otra buena zona es los alrededores del metro Universita, o Porto. Está a un corto paseo del centro, tiene buena comunicación, y está muy cerca del puerto, lo que es perfecto si se quiere hacer alguna excursión en barco a Capri o la Costa Amalfitana. Hay opciones para todos los bolsillos. Desde exclusivos hoteles 5 estrellas, como el Romeo Napoli, hasta modestos B&B, como Suite Napoletana.
¿Qué ver y hacer al viajar a Nápoles?
Nápoles es una ciudad que deja huella en tod@s aquell@s que deciden viajar aquí. Aunque tiene bastante extensión, es una ciudad muy cómoda para recorrerla a pie, pues gran parte de los puntos de interés están en el centro histórico.
Centro Storico
El centro histórico es el corazón de Nápoles, uno puede perderse en él durante horas o días, hay infinidad de rincones que recorrer. La mejor forma de conocer este barrio es caminándolo, por eso, a continuación sugerimos una ruta a pie que abarca los principales puntos de interés.
La ruta transcurre principalmente por Spaccanapoli, como se conoce a la arteria que divide la ciudad (literalmente significa “separador de Nápoles”), y que realmente incluye varias calles. Se comenzaría en la plaza del Gesú Nuovo, con el gran obelisco de Guglia dell’Immacolata, y la iglesia del Gesú Nuovo, de sobrio exterior y sorprendente explosión barroca en el interior.
A continuación, el Complejo Monumental de Santa Chiara, formado por la Basílica de Santa Clara y el bellísimo claustro. Pasillos decorados con frescos, jardines flanqueados por columnas octogonales azulejadas… una visita más que recomendable.
Desde la plaza de Dante se accede al centro histórico atravesando la antigua Port’Alba, de 1625. Para después dirigirse a la plaza de Bellini, punto de encuentro de la noche napolitana en la se pueden ver restos de la antigua muralla del siglo IV a.C.
Continuando, la Basílica San Domenico Maggiore, una de las más antiguas de Nápoles bajo la que se pueden visitar algunas excavaciones arqueológicas. Junto a esta, la capilla de San Severo, donde se puede contemplar la escultura del Cristo Velado, una de las mejores piezas del mundo.
Siguiendo Via Nilo se llega hasta Piazzetta Nilo. Buen punto para hacer una parada en la Taralleria Napoletana y comprar unos taralli, unas adictivas rosquillas típicas del sur de Italia. La variedad que tienen es enorme, y duran varios meses, así que además de alguna para coger fuerzas se puede comprar una cajita para traerse a España.
Un poco más adelante cruza Spaccanapoli la Via San Gregorio Armeno, una calle llena de artesanos de Belenes que venden sus creaciones, muchas de ellas auténticas obras de arte. Así se llega a la iglesia y claustro de San Gregorio Armeno.
Un poco más arriba, la basílica de San Lorenzo Maggiore, un bonito edificio medieval, que se topa con Via dei Tribunali. Siguiendo esta bulliciosa calle se llega hasta Via Duomo, donde se encuentra en el Duomo de Nápoles, punto final de esta ruta. La Catedral Metropolitana de Santa María de la Asunción, encajonada entre edificios, oculta un impresionante interior barroco tras su sobria fachada. En su interior está la Capilla del Tesoro, dónde se conservan unas cápsulas con la sangre de San Gennaro, patrón de Nápoles. Cada mes de septiembre, en el aniversario de su muerte, se produce el milagro; la sangre se licua.
Toledo y Quartieri Spagnoli
Via Toledo fue construida por el virrey español Pedro Álvarez de Toledo y Zuñiga en el siglo XVI, de ahí el nombre del barrio. El punto más transitado es la gran piazza del Plebiscito. Está presidida por el Palacio Real al este, y por la Basílica de San Francisco de Paula al oeste, una reproducción neoclásica del Panteón de Roma.
Al lado, el Teatro San Carlo, el teatro de la ópera más grande de Italia y uno de los más importantes del mundo, además de Patrimonio Mundial por la UNESCO. Si se decide viajar a Nápoles, asistir a un espectáculo es toda una experiencia, aunque también pueden hacerse visitas guiadas. Muy cerca, la Galleria Umberto I, del siglo XIX, muy similar a la famosa Galleria Vittorio Emmanuele de Milán.
Otro punto de interés es el Castel Nuovo. Se trata de un castillo medieval de 1279 que sirvió como residencia real y como fortaleza gracias a su posición estratégica. Actualmente, es la sede del Museo Cívico de Nápoles.
Chiaia, Santa Lucia y Mergellina
El barrio de Chiaia permite disfrutar de un poco de tranquilidad dentro de la locura de Nápoles. La calle más comercial es la peatonal Via Chiaia, con trasiego constante de locales y turistas que tratan de evadirse de la locura napolitana.
Castel dell’Ovo es el castillo más antiguo de Nápoles. Cuenta la leyenda que el escritor Virgilio escondió en su interior un huevo, advirtiendo de que cuando el huevo se rompiera, el castillo y Nápoles caerían. A día de hoy no ha aparecido, pero se presupone que debe estar intacto, pues la ciudad sigue en pie.
La Galería Borbónica es una visita interesante y apta para todos los públicos, pues, a diferencia de otros recorridos subterráneos de la ciudad, no hay ningún espacio claustrofóbico. Empezó a excavarse en 1853 por orden del rey Fernando II de Borbón, que quería una conexión secreta entre el Palacio Real y Piazza Vittoria para escapar en caso de necesitarlo. El proyecto se abandonó por motivos económicos, pero volvió a ser útil durante la II Guerra Mundial, cuando sus túneles y cisternas se usaron como refugio. En la impactante visita se muestran muchos objetos recuperados de ciudadanos que allí habitaron, algunos de los cuales han sido restaurados y pueden adquirirse. También hay coches y motocicletas decomisadas, pues se usó como Depósito Judicial Municipal tras la guerra.
Recorriendo el Lungomare, el paseo marítimo peatonal, se deja atrás el centro y el bullicio. Es un lugar perfecto para disfrutar del atardecer, pues a esa hora Capri y el Vesubio adquieren bonitos tonos anaranjados. Recorrer a pie sus 2,5km es la excusa perfecta para recompensarse con una pizza de 50 Kalo, que se encuentra en Mergellina, al final del paseo. Precisamente junto al paseo se encuentra el parque Villa Comunale, donde está el acuario de la ciudad.
Vomero
Vomero es la zona más alta de la ciudad y, por tanto, la que disfruta buenas vistas. Para llegarm se puede viajar en funicular, un emblema de Nápoles. Y precisamente si se busca una buena panorámica, lo mejor es subir a Castel Sant’Elmo. Construido en el año 1300, domina la ciudad desde lo alto. Tiene vistas privilegiadas de la ciudad, el Golfo de Nápoles, la península sorrentina o las islas de Capri o Ischia. Recorriendo la muralla se disfrutará de una panorámica 360º, más allá de eso no tiene mayor interés.
El parque Villa Floridiana, inundado de frondosos árboles, está atravesado por sinuosos caminos. Si se deja atrás el Museo Duca di Martina, se descubrirá un estanque lleno de tortugas y un mirador con hermosas vistas de la ciudad y del golfo.
¿Cuáles son los mejores restaurantes de Nápoles?
Nápoles es famosa por su pizza, que hasta ha sido declarada Patrimonio Mundial, un motivo más para viajar aquí. Unas gustarán más que otras, pero lo cierto es que no hay pizza mala en Nápoles, aquí es religión. Es más, tienen una versión muy particular, la pizza fritta. Pero hay mucho más; sabrosos guisos, deliciosa pasta, ricos helados…
Antica Pizzeria Da Michele
Antica Pizzeria Da Michele es la pizzería más famosa de Nápoles y, por tanto, una de las más visitadas por todo aquel que decide viajar a Nápoles. Además, recientemente ha recibido el premio a Mejor Cadena de Pizza Artesanal del Mundo.
Su mítica margheritta está buenísima, con una masa perfecta, y queso y tomate deliciosos. Para comer en el local, ubicado en Via Cesare Sersale 1, se coge número en la puerta y se espera hasta que llegue el turno. Puede ser fácil una hora de espera, pero se va viendo por qué número van en una pantalla.
50 Kalo
La pizzería 50 kalo es otra parada recomendada en la ruta de la pizza napolitana. Al frente está Ciro Salvo, tercera generación de una familia de pizzaioli. Hace poco ha sido reconocida como la 2ª mejor pizza de Italia, por lo que es frecuente tener que hacer cola para conseguir mesa, aunque la fila avanza rápido.
Tras recorrer el Lungomare, nada mejor que terminar en su local, en Piazza Sannazaro 201, y premiarse con una de sus pizzas. La de fiori di zucca con ricotta e salame es realmente deliciosa. Y si se quiere algo con más chispa, la Diavola di Gioi, con tomate bio casa Marrazzo, mozarella y salchichón picante de Gioi es la opción perfecta.
Sorbillo
Otra de las pizzerías más famosas de Nápoles es Sorbillo. En su solicitado local de Via dei Tribunali 32 ofrecen gran variedad de deliciosas pizzas. La margheritta di buffala DOP está realmente especular. También muy rica la Carmela, con pomodoro San Marzzano y salciccia rossa di Castelpoto, por mencionar alguna.
Si bien la pizza es, probablemente, la mejor, el sistema para coger mesa no lo es. Hay que apuntarse en una lista y esperar durante más de una hora, sin saber por dónde va, hasta que, si se tiene suerte, te llamen, o si no, se desista o se pregunte, momento en el cual, casualmente, llega el turno.
Carbona Osteria Romana Take Away
Puede sorprender que la mejor carbonara sea la de un local take away, pero así es. Y ese lugar es Carbona, en Via Gian Lorenzo Bernini 40. Su pasta a la carbonara es sencillamente espectacular, deliciosa. Los tonarelli caccio e pepe también están buenísimos.
Increíble también la fiori de zucca, rellena de salami romano, ricotta y provolone, dan ganas de comerse media docena. Y aunque es sólo take away, tiene unas pocas mesas altas junto a la puerta en las que se puede comer.
Trattoria Fedele
En Trattoria Fedele, en Via dei Cimbri 34, se come rico y a buen precio, además, en algunas apps e reservas ofrecen descuentos. Buena pasta y servicio rápido y eficiente. Muy recomendables los gnocchi con salsa di pomodoro, provola affumicata e basilico, o los mezzanello alla Fedele, con guanciale, pomodorini del piennolo, tarallo e parmiggiano.
Tandem Ragú
Tradicionalmente el ragú, un guiso de ternera, tomate y cebolla, se come en los hogares napolitanos los domingos. Se cocina por la mañana durante horas, inundando las casas con su olor. A mediodía el guiso está listo para comer, y la salsa que sobra se usa para acompañar pasta. Comer ragú es todo un clásico al viajar a Nápoles.
Por eso no se puede viajar a Nápoles y no probarlo. En Tandem Ragú, en Via Paladino 51, lo preparan como nadie, aunque tiene más locales por la ciudad. Hay multitud de opciones, como manfredi con ragù e ricotta , gnocchi o ziti.
Trattoria La Lazzara
Ubicada en Piazza Francese 9, en la Trattoria La Lazzara se puede comer con una buena relación calidad-precio. Lo mejor es sentarse en la terraza, muy agradable a la vez que animada. La pizza con mortadela, ricotta y pistacho, es de lo más recomendable, muy rica.
Laura Cucina e Pizza
El restaurante Laura Cucina e Pizza, situado a pocos kilómetros de Paestum, en Via Laura 84, es ideal para disfrutar tranquilamente de unos platos deliciosos tras visitar el yacimiento. El servicio es muy profesional, y el entorno muy agradable.
Excelente los tagliolini burro salato e tartufo nero. Una pasta delicadísima, con el sabor de la mantequilla salada y una generosa lluvia de trufa laminada. Los spaghetti alle vongole tienen un sabor espectacular, y los postres no se quedan atrás.
Bistrot Italia
En Herculano está Bistrot Italia, en Corso Italia 17. Muy buena opción para comer si se visita el yacimiento o el Vesubio. Preparan la pasta muy bien, y el servicio es muy profesional. Los tortellone con stracciata di bufala, calamri e chips di zucchine son deliciosos. También los tagliatelle, funghi porcini e sasiccia di Castelpoto.
Excursiones cerca de Nápoles
Cerca de Nápoles hay un montón de lugares a los que viajar. Aunque aquí se mencionen Pompeya, el Vesubio, Herculano y Paestum, hay mucho más: los Campos Flegreos, las islas de Ischia y Prócida, y, por supuesto, la bellísima Costa Amalfitana.
Pompeya
Visitar Pompeya es una experiencia arqueológica increíble, que bien merece un día completo de dedicación. Se encuentra a unos 25km de Nápoles El estado de conservación es excepcional, debido a que no fue arrasada por la erupción del Vesubio del año 79 d.C., sino que fue cubierta por fragmentos candentes de piedra pómez, lapilli, que la conservaron tal cual.
En las excavaciones se sacó a la luz una ciudad completa, con calles, viviendas, templos, e incluso un burdel. Precisamente el lupanar es una de las casas más visitadas del recinto. En sus paredes se pueden observar dibujadas distintas posturas sexuales. Se calcula que hoy por hoy se ha desenterrado el 60% de la ciudad.
Resulta estremecedor contemplar los calcos de los cuerpos, gracias a los cuales se pueden ver las posturas y gestos que tenían en el fatídico momento de la erupción. Sin duda, es un recordatorio de la implacable fuerza de la naturaleza.
Herculano
El yacimiento arqueológico de Herculano es uno de los mejor conservados de Italia. Su suerte fue la misma que la e que Pompeya, quedando ambas sepultadas hace 2000 años por la erupción del Vesubio. Así siguió hasta 1709, cuando empezó a excavarse. A día de hoy continúan los trabajos, pues queda mucho por descubrir, aunque gran parte está bajo el “nuevo” Herculano.
Es mucho más pequeño que Pompeya, pero es realmente interesante visitarlo por el excelente estado de conservación de los todos restos. Viviendas, mosaicos y frescos, muebles, esqueletos…
El Vesubio
La erupción del año 79 d.C. del volcán Vesubio fue el culpable de la destrucción de Pompeya y Herculano. Se encuentra a sólo 10km de Nápoles, la cual le observa cautelosa, pues aunque su última erupción fuese en 1944 sigue siendo un volcán activo, el único de Europa.
Enclavado en el Parque Nacional del Vesubio, tiene el golfo de Nápoles a sus pies, y desde la cima es posible asomarse al cráter. Sin embargo, muchos días la niebla imposibilita ver nada, así que lo mejor es consultar la meteorología abajo, antes de subir y/o pagar la entrada.
Paestum
Paestum es una de las zonas arqueológicas más espectaculares de toda Europa. Si bien se encuentra un poco alejada de Nápoles, a unos 90km, es una visita que merece muchísimo la pena. Y es que en el Parque Arqueológico de Paestum están tres de los templos griegos antiguos mejor conservados del mundo. Poder pasear por ellos y tocarlos es una maravilla.
Fundada por los griegos en el s.VI a.C., que la llamaron Poseidonia, es 500 años más antigua que el mismísimo Coliseo de Roma. Se convirtió en ciudad romana en el 273 a.C., y en la Edad Media fue abandonada. No fue hasta 1950 cuando se excavaron los restos del que, hoy día, es una de las grandes maravillas del Patrimonio Mundial.
Viajar a Italia siempre es un placer, sea cual sea el destino: Nápoles y su locura, Bolonia y la región de Emilia Romagna, la Costa Amalfitana, el Lago Como en Lombardía y, por supuesto, la maravillosa gastronomía italiana.

Amante de la gastronomía. Me encanta descubrir restaurantes, viajar, probar productos nuevos, en definitiva, disfrutar…