ENTREVISTA A LUCÍA FREITAS – A TAFONA

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Lucía Freitas, Chef del Restaurante A Tafona, forma parte del Grupo NOVE, grupo de 22 cocineros y 18 restaurantes gallegos, que pretenden difundir e impulsar la gastronomía gallega. También forman parte de este grupo otros cocineros de su tierra como Juan Crujeiras o Iñaki Bretal.

Comenzó a formase en el mundo de la cocina desde muy joven, primero en la Escuela Superior de Cocina de Bilbao y más tarde en la Escuela de Pastelería Espai Sucre (Barcelona).

Esta cocinera gallega ha pasado por las cocinas de restaurantes muy reconocidos como El Bohío (del Chef Pepe Rodríguez), Mugaritz o el Celler de Can Roca, restaurante propiedad de los hermanos Roca, Joseph, Jordi y Joan Roca.

Finalmente, Lucía Freitas consiguió cumplir su sueño y abrió su propio restaurante, A Tafona Casa de Xantar, ubicado en Santiago de Compostela. Es un restaurante de cocina de mercado, donde apuestan por el producto proveniente tanto del Mercado de Abastos, como de su propio huerto.

Recientemente, ha llevado la cocina gallega hasta NYC, gracias a su trabajo como Chef Ejecutiva del Restaurante Tomiño (Manhattan).

He tenido la oportunidad de hablar con Lucía Freitas y conocer un poco más su historia, su cocina en A Tafona y su nuevo proyecto, el Restaurante Lume, ubicado en la Plaza de Abastos de Santiago de Compostela. ¿Te apetece saber más?

ENTREVISTA A LUCÍA FREITAS – A TAFONA

¿Por qué te dedicaste a la gastronomía a nivel profesional?

LUCÍA FREITAS: Elegí mi profesión porque, desde muy niña me metía en la cocina de casa y las horas me pasaban volando, evadida del mundo, y sintiéndome feliz con lo que hacía.

Me pasaba la semana organizando listas de compra, ingredientes y platos para hacerle a mi familia y amigos que llenaban la casa. Para mi madre era una descarga de trabajo y para mí, una ilusión poder probar todas aquellas recetas que había visto en Arguiñano.

Recuerdo que tenía mi libretita donde escribía todas las recetas y sus posibles variaciones con dibujos. Era divertido.

 

¿Si no hubieras elegido esta profesión, qué te hubiera gustado ser?

LF: Si no hubiese dedicado mi vida a la cocina, me hubiera decantado por las letras. Desde muy niña mi madre me inculcó la pasión por la lectura, a la que dedicaba muchas horas de mi día. Quizá, también por venir de una familia de periodistas, creo que hubiera enfocado mi carrera a la escritura. Siempre se me dio bien, y al igual que con la cocina, era parte de mi pequeño mundo.

¿Cuál ha sido tu mayor atrevimiento en la cocina?

LF: Pues… no sé qué decirte. La gente me comenta que algo que les atrae de mi cocina es que arriesgo mucho en general, implantando productos salados y vegetales en mis postres, como parte de mi sello…

Vienen a mi memoria platos tan míos como la papada con cigala y limón, la lengua con almejas, las alcachofas con crestas de gallo y longueirón viejo, el postre de morcilla con pera… No sé si tendrá algo que ver, en el cole comía de merienda bocatas de chocolate con mantequilla y chorizo ( je,je ).

Lucha por lo que quieres en la vida, apártarte de lo que no quieres y disfruta en el trayecto de todas y cada una de las cosas que vives, que aprendes y que sientes. Lo bueno llegará y lo malo te enseñará.

¿Cuál es tu plato preferido?

LF: Los huevos rotos con zorza siempre han sido de mis favoritos… tanto que, los he puesto en el restaurante que asesoro en Nueva York. Además, formarán parte de mi repertorio en Lume, mi nuevo restaurante en Santiago, un concepto sencillo y directo que abriré este verano en la Plaza de Abastos Compostelana.

El guiso de lengua de mi abuela, las empanadas de mi padre y el cocido de mi madre, creo que serían mis platos fetiche.

¿Qué es lo más importante en tu trabajo?

LF: Lo más importante en cualquier trabajo es la constancia, la rigurosidad y disfrutar con él. Creo que eso se transmite con cada elaboración.

¿Qué te hace reír?

LF: Mi hijo, que es el  que me hace dejar atrás el trabajo y los problemas. Consigue evadirme completamente y cargarme las pilas con sus sonrisas.

El guiso de lengua de mi abuela, las empanadas de mi padre y el cocido de mi madre creo que serían mis platos fetiche.

¿Y llorar?

LF: Paradójicamente, también mi hijo. En este caso, cuando no puedo estar todo el tiempo que quiero a su lado, cuando por volumen de trabajo o viajes, pasan los días y las horas no me llegan. Es lo que más me frustra a día de hoy. El resto de las lágrimas no importan a su lado.

¿Cuál es tu lema?

LF: Lucha por lo que quieres en la vida, apártarte de lo que no quieres y disfruta en el trayecto de todas y cada una de las cosas que vives, que aprendes y que sientes. Lo bueno llegará y lo malo te enseñará.

By Lucía Freitas – A Tafona

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